miércoles, 14 de marzo de 2012

Fui testigo de un accidente. Me sentí indefensa al ver aquel impacto. Escuchar aquel golpe, ver como una parte de la moto se estrellaba contra el auto, observar como el hombre volaba por el aire, revoleaba lo más lejos posible su moto y caía desplomado en medio de la calle. Casi no tuve reacción. Quedé paralizada ante aquella situación poco habitual para mí. Me agarró miedo. Un frío paralizante. No podía dejar de ver a aquel pobre chico tirado en el piso sacándose el casco de su cabeza. El auto frenó en la esquina y se bajó un hombre. Cruzamos a ver cómo estaba el chico. No tenía ninguna lastimadura, no le dolía nada. Imposible que con aquel golpe, por cómo voló por el aire y la forma en que calló a la calle no le haya pasado absolutamente nada. No se si fue cosa del destino. Para mí fue un milagro.

martes, 6 de marzo de 2012

viernes, 2 de marzo de 2012

Empecé hablándote sólo para conocerte. Me parecías un chico muy copado, lindo y buena persona. Al principio charlábamos, pero nada del otro mundo. Después, empezamos a saludarnos y a hablar un poco más en persona. Nunca me imaginé que terminaría quedándome horas enteras hablando con vos. Mis sentimientos ya no eran los mismos, sentía algo más. No podía dejar de mirarte. No sos nada parecido a lo que me gusta, por eso me atraías tanto. Llegó un día que nos quedamos hablando por el chat del Facebook hasta casi las 4 de la mañana. Pero me dí cuenta que nunca va a pasar nada, y ya no es lo mismo. Ya hablamos como si fuéramos grandes amigos y yo creo que lo somos. Me seguís pareciendo un chico copado, lindo y bueno, pero ya te veo simplemente como un gran amigo mío en el que se que siempre voy a poder confiar, con el cual me divierto mucho. Si algún día se da algo más (cosa que no creo) voy a tirar para adelante, pero por el momento somos muy buenos amigos.

jueves, 1 de marzo de 2012

¿Por qué la vida se me hace cada vez más difícil? No tengo fuerzas para matarme. No tengo fuerzas para escaparme. No pienso en otra cosa que irme de este mundo. Quisiera ir a MI mundo, donde todo sería felicidad. Pero estoy acá. Sufriendo. Creo que mis lágrimas ya están cansadas de caer por mis mejillas. Mi habitación es un lago salado lleno de mis llantos. Me quiero escapar. Volar. Irme de este lugar. Estoy arta de mis obligaciones. Quisiera poder hacer lo que en verdad quiero y disfrutar a fondo de ello. Siempre me consideré una persona fácil de herir. Con una sola palabra se me puede quebrar el corazón. Pero de toda herida siempre queda una cicatriz.